Medidas o planes de mejora llevarías a cabo para conseguir que los resultados académicos de los alumnos fuesen en aumento

Potenciar la inteligencia emocional

Las emociones son las grandes condicionantes de nuestra conducta y es evidente que tienen una gran influencia en la mayoría de facetas de nuestra vida: relaciones sociales, logros personales y profesionales y, por supuesto, en el rendimiento académico. Sin embargo, los recursos empleados en España para su aprendizaje y potenciación desde la escuela son, por lo general, muy escasos y tampoco abundan los estudios e investigaciones. Para ello el profesorado debe integrar contenidos y técnicas de inteligencia emocional.
Potenciar un mejor clima escolar, reducción de los casos de acoso y aumento de la capacidad para la resolución de problemas tanto de índole académico como personal o social.

Uso más intenso de recursos innovadores

La utilización de las tecnologías de información y comunicación (TICs) y otros recursos de carácter innovador como métodos de apoyo en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En la mayoría de centros existen aulas informáticas e incluso asignaturas específicas como el aprendizaje de una lengua extranjera basado en TICs.
Las nuevas generaciones de alumnos han crecido con las nuevas tecnologías, las encuentran divertidas, intuitivas y cercanas, por lo que pueden ser una magnífica herramienta para mejorar el rendimiento académico en la mayoría de competencias, favorecer el intercambio de experiencias con alumnos de otros centros, comunidades autónomas y países, practicar idiomas o facilitar el aprendizaje de chicos con necesidades educativas especiales (NEE).

Flexibilización de los aspectos organizativos y mayor autonomía de los centros

La autonomía de los centros mejora la capacidad organizativa de los aspectos educativos y de convivencia de sus alumnos. Por ejemplo, la adaptación de currículos a las necesidades individuales y a la capacidad de aprendizaje.
El entorno ideal para mejorar los resultados académicos estaría en minorar la ratio, flexibilizar el currículo y potenciar la transversalidad.
A nivel metodológico, las nuevas tecnologías deberían tener un peso mucho mayor, pero en ningún caso reñido con una potente formación en inteligencia emocional como forma de potenciar actitudes y valores positivos como: la empatía, el pensamiento crítico y el esfuerzo. Todo ello constituiría, sin duda, un gran acicate para formar estudiantes con mejores resultados académicos y mejor preparados para su sociabilización y encaje en el entorno laboral.

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